viernes, 23 de abril de 2010

LA TRAVESÍA DEL PRACTICANTE


Como un alpinista, inicie su travesía en la base de la cuenta denominada Monte Meru y ábrase paso hasta llegar a la cumbre. Debe comenzar a cantar su Mantra, afirmando su fe, su confianza, su comprensión y conocimiento, para finalmente quedar absorto en el poder del Mantra, sin que aparentemente exista una mente separada. Esta fase de la travesía le ayuda a transformar y cristalizar la confianza en sí mismo, su fe, y finalmente, su amor por el Maestro y por Dios. Cuando llegue a su destino---de regreso una vez más a la cuenta del Monte Meru---deberá devolverse y desandar su camino, cantando normalmente. No obstante, en esta etapa de su travesía, conscientemente debe invitar la modalidad de dejar ir, de disolver toda la negatividad. Sin esfuerzo alguno, deje ir y disuelva todas las emociones y pensamientos negativos, todo aquello que no afirme la vida. Esto se logra cuando uno conscientemente se ve y se escucha a sí mismo meditando activamente hasta el final de la ronda del rosario de cuentas. Ahora puede percibir la diferencia entre el meditador y el Mantra, divorciándose completamente de todo su sistema mental---inteligencia material, mente y ego---que envuelve y rodea su alma. Ser un testigo consiente de sí mismo, observándose atentamente mientras canta el Power-Mantra, es el proceso de dejar ir sin esfuerzo alguno, toda la negatividad indeseable y llenar ese mismo espacio, ese mismo tiempo, con la energía y el poder personal del Mantra.

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